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CIENCIA Y PODER AEĢREO ISSN 1909-7050 / E- ISSN 2389-2468 / Volumen 14 (2) Julio-Diciembre de 2019/ Colombia/ Pp. 96-121. Doi: https://doi.org/10.18667/cienciaypoderaereo.636
Abdón Estibenson Uribe Taborda
Fuerza Aérea Colombiana
Leonardo De Jesús Mesa Palacio
Universidad Tecnológica de Pereira
1 Artículo de reflexión, derivado del proyecto de investigación: "Efecto del posconflicto a nivel global desde la Segunda Guerra Mundial y sus consideraciones para Colombia". Adscrito al Grupo de Investigación COL0159366 - Centro de Desarrollo Tecnológico Aeroespacial para la Defensa - CETAD. Financiado por la Fuerza Aérea Colombiana y Colciencias.
2 Reflection article based on a research project titled "Effect of post-conflict situations from around the globe since World War II and issues to consider for Colombia", attached to Research Group COL0159366 - Center for the Development of Aerospace Technology for Defense - CETAD. Funded by the Colombian Air Force and Colciencias.s
3 Artigo de reflexão, derivado do projeto de pesquisa: “Efeito do pós-conflito ao nível global desde a Segunda Guerra Mundial e suas considerações para a Colômbia”. Adscrito ao Grupo de Pesquisa COL0159366 - Centro de Desenvolvimento Tecnológico Aeroespacial para a Defesa – CETAD. Financiado pela Força Aérea Colombiana e Colciencias.
This document summarizes a number of research projects on the subject of armed conflict and post-conflict situations, as experienced in some Latin American nations and other countries worldwide. This paper aims to analyze specific situations from these contexts, specifically those that exemplify the most relevant issues to consider for the peace building process between the Colombian government and the guerrilla group FARC, who signed a peace treaty on September 26, 2016. To this aim, the authors conducted an exhaustive review of history books and databases. In the end, the article shows the results of the analysis, such as the challenges facing Colombia in the post-conflict era, and the elements that have proved to be determining factors in other countries’ resolution of armed conflict. In Colombia these may serve as examples to follow in regard to decision-making and future plans, entailing political, economic, social and military transformations.
Key Words: Post-conflict, Negotiation, Victims, War, Peace.
Este artigo resume algumas pesquisas realizadas sobre os conflitos armados e pós-conflitos, vividos por alguns países Latino-americanos e outros ao nível global, sobre os quais se procura avaliar as situações particulares que mostrem os aspectos mais relevantes que se podem considerar no processo de construção do processo de paz, assinado no dia 26 de Setembro de 2016, entre o Governo Colombiano e o grupo guerrilheiro das FARC; para isto se fez uma revisão exaustiva em livros de história e bases de dados. Ao finalizar se indicam os resultados obtidos da análise tais como os desafios que a Colômbia tem diante da etapa de pós-conflito, e os aspectos que têm sido mais determinantes em outros países, no desenlace do conflito armado, que podem servir como exemplos a seguir na tomada de decisões e os planos a executar na Colômbia, que implicam transformações em aspectos políticos, econômicos, sociais w militares.
Palavras-chave: pós-conflito, negociação, vítimas, guerra, paz.
Este documento resume algunas investigaciones realizadas sobre los conflictos armados y posconflictos, vividos por algunos países Latinoamericanos y otros a nivel global, sobre los cuales se busca evaluar las situaciones particulares que muestren los aspectos más relevantes que se pueden considerar en el proceso de construcción del proceso de paz, firmado el día 26 de Septiembre del 2016, entre el Gobierno Colombiano y el grupo guerrillero de las FARC; para esto se hizo una revisión exhaustiva en libros de historia y bases de datos. Al finalizar se indican los resultados obtenidos del análisis tales como los retos que tiene Colombia frente a la etapa de poscoflicto, y los aspectos que han sido más determinantes en otros países, en el desenlace del conflicto armado, que pueden servir como ejemplos a seguir en la toma de decisiones y los planes a ejecutar en Colombia, que implican transformaciones en aspectos políticos, económicos, sociales y militares.
Palabras clave: postconflicto, negociación, víctimas, guerra, paz.
Los conflictos a nivel mundial se han desencadenado por razonas económicas, sociales, religiosas, étnicas, entre otras. Esto en muchos casos ha llevado a procesos de diálogo en donde al finalizar la etapa de la confrontación armada se busca llegar a una solución política, lo que da lugara la generación de otras problemáticas que repercuten en forma drástica en la sociedad civil.
Dentro del contexto mundial, se analiza que posterior a la Segunda Guerra Mundial y la terminación de la Guerra Fría, acto expresado en la caída del muro de Berlín el cual era considerado como una de las máximas expresiones de esta guerra, que al finalizar trajo consigo importantes repercusiones tales como el derrumbe de la Unión Soviética y la proclamación de Estados Unidos como la única superpotencia mundial. También se dio paso en la historia a la guerra del Golfo Pérsico, considerada como el primer gran conflicto de la Nueva Era que trajo consigo el surgimiento de nuevas amenazas como es la contraposición del mundo musulmán ante el occidental; uno de los principales focos de los conflictos y tensiones internacionales. También, entre los más visibles se encuentran el conflicto entre israelíes contra palestinos y el terrorismo islamista implantado por Al-Qaeda, cuyas raíces comienzan en las guerrillas anticomunistas financiadas por Estados Unidos.
A menudo, al referenciar los conceptos de guerra y conflicto armado, estos se entienden como sinónimos uno del otro. En la literatura contemporánea, se encuentra que el término guerra se entiende como la acción violenta extrema, comúnmente entre dos o más países, en búsqueda de someter al contrario para alcanzar intereses particulares soberanos, políticos, económicos, etc. En la actualidad, se reconoce el mismo sentido al conflicto armado entre grupos irregulares y el estado; en este escenario, los conceptos de estado en guerra o estado en paz, no tienen un límite perfectamente definido. Al interior de los países, es muy frecuente encontrar los llamados "estados de crisis" en referencia a los conflictos armados dentro del propio territorio. En ambos casos, las leyes para conflictos armados se aplican sin importar el término.
Es ampliamente conocido que durante y después de un conflicto armado la población civil y las fuerzas armadas legítimas son las más afectadas. Por esto, en el recorrido de este trabajo se tomará en cuenta para su análisis prospectivo una línea del tiempo y la revisión literaria relacionada con las vivencias de los procesos de posconflicto a nivel internacional y regional de países que han sostenido similares situaciones a las de Colombia y que han firmado procesos de paz, como son los siguientes países: El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Irlanda del Norte, Indonesia, Honduras y Sierra Leona.
Colombia durante mucho tiempo sostuvo dos conflictos armados al tiempo; el primero de ellos con dos grupos auto denominados Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN); el otro conflicto, lo sostuvo con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) o grupos paramilitares, los cuales se desmovilizaron entre los años 2003 al 2006. En la actualidad han surgido varias organizaciones del crimen, en el cuerpo de nuevos grupos armados; especialmente en las regiones donde operaban los grupos de autodefensa, involucrados en el tráfico de drogas y la explotación de la minería ilegal como medio de financiación de sus actividades delictivas.
En 2016 Colombia firmó el proceso de paz con el grupo guerrillero de las (FARC), razón por la cual el presente artículo se enfocará en la revisión en los posibles escenarios que puedan presentarse en la etapa del posconflicto colombiano basados en las experiencias vividas en otros países.
Analizar las dinámicas socio económicas generadas en el escenario de posconflicto (de algunos conflictos armados a nivel global) desde la Segunda Guerra Mundial y evaluar sus posibles consideraciones para Colombia.
• Describir las etapas del proceso de posconflicto tras la firma de los acuerdos de paz en El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Irlanda del Norte, Indonesia, Honduras, Sierra Leona y Colombia.
• Establecer las posibles lecciones descritas frente a las problemáticas que debe afrontar Colombia en la etapa del posconflicto, teniendo como referente las experiencias de El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Irlanda del Norte, Indonesia, Honduras y Sierra Leona.
• Identificar el papel que deberán desempeñar las diferentes instituciones públicas para contrarrestar los posibles efectos negativos que se pueden prestar con la firma de la paz con el grupo guerrillero de las FARC.
Con el fin de cumplir a cabalidad con los objetivos propuestos para este artículo de reflexión, se implementará un enfoque cualitativo, explicativo y descriptivo, recolectando diferentes fuentes de información de fuentes literarias, artículos, revistas, tesis e investigaciones, describiendo y comprendiendo las percepciones planteadas en cada uno de los países analizados, en la búsqueda e identificación de vivencias positivas y negativas de procesos de posconflicto vividos en otros países, que sirvan a las diferentes instituciones en Colombia, para afrontar los efectos a los que se enfrenta, tras la firma del proceso de paz con las FARC. De igual manera, se busca que con esta guía metodológica, se genere información relevante para apalancar la transformación cultural que se requiere en el posconflicto y con ello enfocar el interés general para buscar un impacto a nivel nacional.
Esta investigación presenta tres fases de desarrollo respectivamente:
Proceso exploratorio: búsqueda bibliográfica, recolección y selección de la información, la cual se realizará mediante la consulta de importantes bases de datos bibliográficas, como Google Academic, Science Direct y varios trabajos de grado.
Fase descriptiva: Lectura de los textos seleccionados y elaboración de contenido que permitan ilustrar información relevante de la temática de estudio.
Análisis de la información: Procesamiento, análisis, redacción y correcciones del producto de investigación.
Con la firma del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y el grupo armado de las FARC, se termina una fase de la guerra interna en el país, dando origen al proceso de posconflicto que trae consigo, situaciones desconocidas donde surge la necesidad de evaluar las experiencias vividas por otros países a nivel mundial, que han tenido situaciones similares de conflicto armado. Esto permitirá preparar los escenarios de referencia a las instituciones del estado.
¿Qué efectos de los procesos de posconflicto, vividos en El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Irlanda del Norte, Indonesia, Honduras y Sierra Leona, puede vivenciar Colombia en la firma de la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC?
Durante muchos años se habló únicamente del conflicto, de sus causas y consecuencias; sin embargo, hoy hacemos referencia a un término muy conocido que incluye todos los desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad y estado, una vez ha finalizado el conflicto; el posconfllcto trae consigo, desafíos que en muchas ocasiones resultan ser más difíciles de superar que incluso el mismo conflicto. Para conocer sobre el origen del término posconflicto, "nos debemos remitir al año 1992 cuando el secretario general de la ONU, Boutros Ghali, planteaba en su documento llamado Agendo para lo paz, elementos para la construcción de la paz"[25].
Para conocer de fondo lo que implica el posconflicto a nivel global y nacional es importante tener claro a que hace referencia este término; estas son algunas opiniones y definiciones sobre lo que es, e involucra el posconflicto:
Cuando existe conflagración entre estado y organizaciones armadas ilegales, y se pueden ver indicios de su terminación total o parcial, se hace necesario hablar de posconflicto, una serie de "tareas que se proyectan en el tiempo mucho más allá del cese del enfrentamiento"[16].
El término posconflicto es usado para referirse a todos los retos que se presentan para la construcción de paz, una vez superado el conflicto, en el marco de negociaciones concertadas o de la victoria militar; se entiende también como el conjunto de acciones que permitan fortalecer y la solidificar la paz, evitando la reaparición del conflicto[47]".
"Recientemente este término se ha aplicado a las acciones anteriores al fin del conflicto que busca atender sus causas [48]".
Sin embargo, el uso expansivo del término para abarcar ambos periodos puede llevar a algunas dificultades conceptuales[50].
Los aspectos más relevantes del posconflicto al igual que las bases y la ruta que debe seguir este proceso, están determinadas por la ubicación geográfica del posconflicto[32].
Hablar de posconflicto resulta complejo, pues involucra una serie factores que hace ardua la tarea de evitar o solucionar de manera eficiente todos los problemas que trae consigo, convirtiéndose en un verdadero reto no solo para el estado y organismos encargados de planear, vigilar y controlar este proceso, sino para la todas las víctimas, victimarios del conflicto y la sociedad misma.
Es así como "los países se enfrentan a la complejidad de la violencia y la migración de las actividades delictivas en los años siguientes, los vínculos entre las condiciones que causan los conflictos y las que persisten en el posconfl¡cto"[26].
Los hábitos de la guerra, aún posterior a su terminación, perduran en el tiempo debido a que la cultura violenta se transforma en una forma de vida y de subsistencia. Las personas que buscan alternativas de convertir la clandestinidad en libertad, deben batallar con cultura, sociedad y consenso, lo que representa su mayor obstáculo a la hora de establecerse en trabajos no violentos [32],
Se estima que "la violencia permanece como uno de los principales obstáculos para la reconstrucción y estabilización de las sociedades después de la rra"[26]. Sin embargo a esto se suman situaciones particulares como la realidad que viven tanto guerrilleros y soldados que han combatido toda su vida y no saben desempeñar otras labores; personas víctimas de secuestro, persecución y tortura que temerán siempre por su vida; niños que crecieron y se desarrollaron en el marco de la guerra; presencia de grupos armados de diferentes vertientes políticas o económicas que amenazan la paz; hombres que debido a su participación en el conflicto armado regresan a sus hogares a ejercer violencia en su entorno familiar: guerrillas que se desvanecen con su participación en la vida política; deterioro del sistema e instituciones educativas e ineficiencia y poca transparencia del estado y otras organizaciones que trabajan y acompañan la rehabilitación social[32].
Aunque el conflicto que se desarrolla en Colombia no esté bajo las mismas condiciones en las que otros países vivieron la etapa del conflicto y postconflicto, su historia si nos da herramientas para que el acuerdo de paz esté bien diseñado y ejecutado, sin olvidar con el tiempo el desarrollo de los compromisos adquiridos y se descuiden factores que puedan alterar la paz que se haya logrado o se originen problemas laterales; es por esto que coincidimos con el expresidente de Uruguay Pepe Mujica, quien indicó el pasado 13 de junio de 2017 que “Colombia es un laboratorio de la historia” y nos invita a que “no lo hagamos fracasar”.
Bajo estas consideraciones bien vale la pena dar una mirada a lo que fue para algunos países el conflicto armado y su paso por el posconflicto.
Desde 1968 hasta 1998, vivió un conflicto que termina mediante un acuerdo con el que se firma la paz, sin embargo esto no fue una garantía de estabilidad ya que desde entonces surgieron nuevos factores de tensión que provocaron la migración de otras formas de violencia.
La experiencia Norirlandesa permite reflexionar sobre varias problemáticas relacionadas con los conflictos, los procesos de paz y la violencia dentro de las que se encuentran: la ausencia de legitimidad estatal, lo cual ha permitido la presencia de grupos paramilitares que se promueven como una estructura capaz de auto-constituirse como legitimidades alternativas, la desmilitarización incompleta condujo a la conformación de grupos disidentes que rechazaron los acuerdos, visto como falta de control estatal total y los líderes paramilitares que migraron sus actividades delictivas generando mayor índice de inseguridad y criminalidad[20].
Las actividades criminales económicamente lucrativas compensaron sus pérdidas financieras al terminarse la guerra, que en este caso, varios grupos disidentes evolucionan hacia la conformación de verdaderas mafias involucradas en cualquier tipo de tráfico criminal que les permita mantener su estilo de vida (poder, estatus, seguridad, ventajas económicas), factores que dificultan los procesos de desmovilización y aumentan la resistencia de los miembros de esas organizaciones, opacando cualquier mecanismo que se implemente para neutralizar su reincidencia[20].
Las esperanzas reales de justicia para familiares de las víctimas del conflicto, siguen a la espera de testimonios veraces de los actores del mismo, escribiendo detalladamente la memoria histórica de la truculenta realidad[10].
En contraposición al caso colombiano, países como Irlanda del Norte carecen de homogeneidad social en cuanto a identidad nacional, gracias a las diferencias de separatistas católicos y de unionistas protestantes. Según afirmaciones del profesor Felipe Piedrahita, coordinador de la Cátedra Unesco en Resolución Internacional de Conflictos y Construcción de Paz de la Universidad de Antioquia, en Colombia tenemos una identidad nacional hegemónica, mestiza, católica y conservadora, mezcla perfecta para agravar su condición de víctima, pero no generador de violencia. Los grupos armados norirlandeses y colombianos ofrecen, a primera vista, un paralelo simple: Existen en ambos países, motivaciones, insurgentes y contrainsurgentes [10].
En afirmaciones de la profesora Valderrama, las organizaciones contrainsurgentes en Irlanda del Norte, no tenían apoyo ni actuaron de la mano de las fuerzas estatales y su financiación procedió de agentes externos, en especial del Reino Unido por apoyo logístico y permisividad, en ausencia del Estado. Los acontecimientos que se presentaron con el conflicto y posconflicto en Irlanda del Norte ofrecen una perspectiva sobre las condiciones políticas, económicas y sociales que pueden afrontar países en condiciones similares, que hoy emprendan un proceso de posconflicto; el actual escenario sociopolítico Norirlandés ofrece números ejemplos de la evolución del conflicto civil, pasando de máxima violencia al acuerdo entre las partes beligerantes, en búsqueda de paz política, no bien entendida y aceptada por todos los ciudadanos norirlandeses.
La crisis general que vivió El Salvador, tiene como origen la crisis de 1930, derivada de la gran depresión en la economía mundial, que deja factores socio-económicos como la pobreza, la desigualdad social y el detrimento de los salarios mínimos para la población; factores que el régimen político fue incapaz de manejar procesando y respondiendo a las crecientes demandas y expectativas de democratización y reformas socioeconómicas [A3].
El conflicto que vivió El Salvador, no se debe a causas étnicas, sino a conflictos políticoeconómicos entre la guerrilla y el gobierno, al igual que el conflicto que ha asumido Colombia[23]. Por otra parte se atribuye como otro de los detonantes del conflicto armado la concentración de riqueza, que generó una inmensa brecha entre la población. Todos estos factores ocasionaron una serie de eventos que dieron lugar desde el año 1929 a golpes militares y gobiernos de extrema derecha, los cuales propiciaron el surgimiento de grupos guerrilleros, con apoyo de grupos de izquierda, como el conocido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), resultado de la alianza de grupos que se alzaron en armas contra las dictaduras militares; tras un fuerte derramamiento de sangre que detonó la guerra civil en 1980, El salvador tuvo que soportar 60 años de represión [18].
Así como en Colombia, El Salvador ensambló grupos paramilitares que, con el apoyo de las Fuerzas Armadas en los años 70, ejecutaron todo tipo de barbaries contra los líderes y poblaciones opositoras. Se consolidaron escuadrones de la muerte para aterrorizar y controlar las zonas con presencia de guerrillas; finalmente con la intervención de la ONU, se logra firmar un acuerdo de paz en el año1992, bajo condiciones controladas de destrucción de armas, desmonte de escuadrones de la muerte y desmovilización de las Fuerzas Armadas y la Policía; sin embargo esto no garantizó el final de la guerra, solo se dio paso a una nueva etapa donde los protagonistas del conflicto fueron las redes de delincuencia común, entre los que se encontraban aquellos que habían participado del conflicto armado y otros civiles[18].
La nueva etapa a la que se ve ahora enfrentado este país, es conocida como postconflicto, una nueva e inesperada guerra que lo llevó a convertirse en uno de los más violentos de Latinoamérica, esto como el resultado de un inminente descuido del gobierno y la sociedad, cuyo interés estuvo centrado en los reinsertados y cambios en la constitución, mientras se daba lugar al surgimiento de bandas delincuenciales como los llamados Maras, que durante años fueron responsables de extorsiones, muertes, narcotráfico y terrorismo en El Salvador. Esto reafirma, que el fin de la guerra no generó disminución de índices de violencia en El Salvador[3].
La violencia delincuencial es el problema más grave que enfrenta El Salvador en el posconflicto; se indica que "el incremento del crimen y la delincuencia común obedece a factores como: las dificultades en la reinserción económica de los excombatientes; el vacío institucional en materia de seguridad pública y de justicia y la existencia de grandes cantidades de armamento circulante que quedaron en manos de civiles después de finalizado el conflicto"[3].
Aunque la guerra vivida por El Salvador, se haya desarrollado en contextos diferentes a la de Colombia, son varias las lecciones que nos deja, entre las que se destacan los procesos de sanación de las heridas sociales, atención a desplazados, jóvenes y niños; el restablecimiento de las entidades de estado para facilitar el proceso de transición del posconflicto realizando elevadas inversiones en la atención de las zonas más remotas del país[18].
Tras la participación del pueblo colombiano en el plebiscito en el que la mitad de los colombianos parecen no estar de acuerdo con el pacto de paz con las FARC, se evidencia una sociedad dividida y esto lindando con la corrupción son situaciones potencialmente graves a las que se debe prestar atención durante este periodo de posconflicto.
Al igual que en otros países existe un factor determinante que ha dado lugar al conflicto armado; para el caso de Guatemala se trata de una violencia política impartida por las dictaduras, golpes de Estado, ausencia de gobiernos civiles, incluyendo los gobiernos controlados por el ejército; a este factor político se unen otros como la pobreza, inequitativa distribución de la tierra, el analfabetismo, el racismo, la inseguridad y la violación de los derechos sociales, civiles y culturales especialmente de los grupos indígenas locales, que han contribuido al conflicto armado de este territorio[43].
El conflicto armado en Guatemala se da en los inicios de la década de los sesenta; sin embargo, ya había algunos antecedentes desde el golpe de Estado y la intervención militar en el año 1954, como preámbulo de gobiernos militares, elecciones fraudulentas y cierre del sistema político que busca neutralizar y eliminar la amenaza de los movimientos guerrilleros, que surgieron como respuesta a una lucha por la consecución de la paz, la democracia y la justicia social del pueblo de Guatemala, sometido por años a un gobierno injusto.
En el año 1960, la cúpula militar del país, conformó un movimiento para derrocar al gobierno de la época como responsable por el caos político, social y económico del país; este periodo se caracterizó por manifestaciones y la lucha guerrillera, en búsqueda de clausura de la participación democrática, dejando sólo una vía de participación a los revolucionarios demócratas y al pueblo en general: la lucha violenta para cambiar la situación del país[15].
Finalmente, tras varios años de lucha, se logra una relativa apertura democrática que dio paso al retorno de los gobiernos civiles en 1986, que posibilitó el inicio de un largo proceso de negociaciones que tuvo sus inicios en el año 1987, cuando el entonces Presidente de la República, Vinicio Cerezo, impulsó las primeras reuniones entre las fuerzas que habían estado enfrentadas desde la década de los años 60[38]. Este proceso culmina con la negociación de paz el 29 de diciembre de 1996, durante la presidencia de Álvaro Arzú con la cual se firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca[43].
En este acuerdo se expusieron 13 puntos y 300 compromisos, entre otros temas, que trataban el fortalecimiento de la sociedad civil y la función del ejército, los pueblos indígenas, la reforma constitucional, el régimen electoral, el reasentamiento de la población desplazada, las condiciones socioeconómicas, y la reforma agraria, sin embargo pese a los esfuerzos, estos acuerdos no llegaron a cumplirse en su totalidad[38].
Finalizado el conflicto armado, tras la firma de la paz, Guatemala inicia un periodo de posconflicto con la participación y reorganización de los sectores sociales violentados por los grupos contrainsurgentes; los cambios institucionalizados en tiempos de paz, propiciaron oportunidades para establecer justicia[41], [12]. Esto a su vez, genera avances significativos en materia de justicia transicional; el estado fortalecido con organizaciones de la sociedad aunado a la cooperación internacional, impulsaron el derecho de las víctimas, y de la sociedad en general, a la verdad, la reparación y la justicia.
Como estos sucesos, existen otros eventos que se fueron dando en el postconflicto de Guatemala que sirven de referente para Colombia en temas como las herramientas para reparar los crímenes de estado [41] y los retos de desarrollo en la consolidación de los derechos a todos los ciudadanos y el reconocimiento de su propia cultura, la protección de aquellos lugares que ancestralmente les pertenecieron como las zonas de ritos y la particularidad de su autogobernabilidad[14].
Guatemala, en el marco del posconflicto, se convierte en un referente en la aplicación de seguridad democrática, entendiéndose no solo como el concepto de la protección contra amenazas de orden público y de seguridad, sino al respeto de los derechos humanos y al carácter multiétnico, pluricultural y multilingüe de la nación Guatemalteca[31].
Los acuerdos de paz en Guatemala, establecen la obligatoriedad de la consulta previa, libre e informada en el caso de desarrollarse grandes infraestructuras en el país; aspecto que algunas empresas extractivas no han contemplado, ni integrado en sus políticas de responsabilidad social en la era posconflicto[11].
Bajo todas las premisas asociadas al conflicto y posconflicto sufrido por Guatemala se pueden destacar como aspectos importantes a considerar la hora de asumir un acuerdo de paz, los siguientes:
Poner atención al cumplimiento de los compromisos adquiridos con todas las partes que involucra el posconflicto.
Se debe considerar un tiempo de resarcimiento, esa deuda que se tiene con las personas que han sido víctimas en el conflicto y que todas las instancias y actores de un país tomen el papel que les corresponde, no solamente en el aporte de fondos sino en la participación de la solución de los problemas paralelos que lleva todo conflicto armado.
El conflicto armado Nicaragüense al igual que los conflictos de otros países latinoamericanos como Guatemala y El Salvador son de tipo social; durante años el régimen político para Nicaragua fue prácticamente una dictadura impartida por la dinastía familiar de los Somoza, en la que el pueblo vivía sometido a la violación de sus derechos, la desigualdad, la corrupción y el abuso de poder, lo que dio paso al surgimiento de grupos revolucionarios que buscaban derrocar este gobierno, así nace el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) que encuentra apoyo en movilizaciones de masas populares, otras fuerzas políticas y la influencia de Cuba.
El FSLN fue fundado como organización guerrillera en 1961, inicia su revolución con acciones armadas que buscan derrocar a la dinastía Somoza perpetuada en el poder, hasta llegar a provocar una guerra civil desarrollada en 1978, que desembocó en la caída de la dictadura en julio de 1979[36]. Más adelante en la década de los ochenta se desata el conflicto armado interno entre el Frente Sandinista y el naciente grupo armado Contra, que estaba en oposición al sandinismo y lo conformaban antiguos seguidores del somocismo quienes estuvieron aliados con Estados Unidos y la oligarquía del país, algunos factores como las campañas de reclutamiento sumadas a los hechos violentos que desataron los enfrentamientos entre ambos bandos afectaron directamente a la población civil hicieron que durante los primeros años del decenio de los ochenta cerca de 30.000 nicaragüenses llegaran a Honduras en calidad de refugiados[35].
Finalmente en 1987, aunque el FSLN militarmente fuera victorioso, se encontraba en una situación económica desastrosa y bajo la continua hostilidad estadounidense, lo que lo obligó a aceptar el diálogo y a negociar directamente con la contrarrevolución. De ahí surgió el acuerdo provisional de cese de fuego que el gobierno y los insurgentes firmaron en marzo de 1988 [7].
La victoria de la coalición Unión Nacional Opositora (UNO), que llevó a la presidencia a Violeta Chamorro, facilitó la firma de un acuerdo de paz y la desarticulación de los contrarrevolucionarios en el año 1990. Cerca de 22.000 contrarrevolucionarios entregaron su armamento a la ONU en cambio de ayudas para reactivar la producción nacional y la reintegración a sus tierras. Este proceso de pacificación ha sido muy exitoso y sólo está empañado por la acción de pequeños grupos de contrarrevolucionarios y militares desmovilizados denominados "recontras" y "recompas", respectivamente, que no están de acuerdo con la paz realizando esporádicas acciones de hostigamiento de poca importancia [19].
En los años 80 en Centroamérica (Nicaragua, Honduras y El Salvador) dieron el paso a la etapa de transición hacia el régimen político democrático representativo [34]. A pesar de los procesos de paz, Centroamérica continúa siendo una región conflictiva, caracterizada y enmarcada por los viejos problemas sociales que originaron los enfrentamientos armados y reactivados por las nuevas dinámicas socioeconómicas, políticas y ambientales, todas ellas propias del nuevo modelo económico regional[37].
La liberalización política permite la consolidación de movimientos o partidos políticos tras los acuerdos de paz en El Salvador y Guatemala, y el acuerdo político de transición en Nicaragua. Estas dinámicas políticas finalmente llevaron a la transformación del poder militar y a la aceptación de la supremacía civil por parte de los militares [35]. Pese a la firma de los acuerdos en los tres países, las condiciones acordadas terminaron siendo incumplidas o simplemente no tuvieron un seguimiento oportuno [40].
El conflicto armado que vivió Indonesia se enmarcó contra la región de Aceh (provincia conocida por su autonomía política y resistencia al control extranjero); tras varios intentos por colonizar esta región, la población Aceh siempre puso resistencia y se mantuvo en la lucha por defender su libertad, sin embargo por un largo tiempo fue sometida por los holandeses y el gobierno central indonesio, quienes saquearon sus riquezas naturales (gas natural, petróleo, cobre, oro, hierro), y que acabaron en la lejana capital de Indonesia, Yakarta.
Tras una larga lucha y resistencia, el 4 de diciembre de 1976 el pueblo Aceh logra su independencia y se establece el Frente de Liberación Nacional de Aceh Sumatra (ASNLF) y nace el grupo de resistencia Gerakan Aceh Merdaka (GAM, Movimiento de Aceh Libre), quienes en los años siguientes fortalecen sus tropas, en contra de los grupos militares indonesios, convirtiendo a Sumatra (entre los años 1990 y 1998) en zona de operaciones militares en las que mueren miles de personas; para el año 2000, unidades especiales militares de Indonesia llegan a Aceh donde cometen atrocidades en contra de las fuerzas militares de Aceh y la población civil. En el 2002, los actores en conflicto (separatistas y el gobierno) establecen un plan de paz que acabó en fracaso el año 2003, declarándose la ley marcial en Aceh por un periodo de un año [8].
Después de años de lucha e intentos de acuerdos de paz sin resultados positivos, el 26 de diciembre de 2005 un tsunami azota las costas de Aceh dejando devastada esta región; un evento que para muchos sirvió de catalizador para la paz, pues en ese momento el GAM decide sentarse de nuevo a la mesa y entrar en el proceso de paz; este grupo “sintió que era muy inhumano continuar la guerra cuando tantos miles de personas habían perdido la vida por el terremoto y el tsunami” así lo explica Shadia Marjabanuna activista por los derechos humanos que estuvo en el exilio por su apoyo al movimiento independentista[8].
Pasados tres días de la tragedia, el GAM declaró el alto al fuego, lo que permitió que organizaciones internacionales entrasen a la zona para ayudar en la emergencia y la reconstrucción de Aceh, así mismo se da paso al llamado Memorando de entendimiento, un acuerdo de paz firmado el 15 de agosto de 2005 por representantes del gobierno de Indonesia y el movimiento de Aceh libre, en el que se establecen acuerdos como la autonomía para la provincia, Participación política, Amnistía y Reintegración, todos ellos incluidos en la constitución de Aceh (ver art.1.1.2.a., art.1.2.1., art.1.2.3.).
Posterior a la firma de estos acuerdos se realizan elecciones provinciales y locales en el 2016 donde fue ganador el Partido Aceh (PA) con Irwandi Yusuf, salido de la guerrilla y uno de sus antiguos miembros y dirigentes del partido; así mismo otros ex miembro del GAM consiguieron ser elegidos como alcaldes y jefes de distritos; de esta forma Aceh inicia un nuevo periodo en el que sobresale la coordinación y el liderazgo para regular la reconstrucción de Aceh tras el conflicto armado que vivió durante décadas y la devastación que dejó el paso del tsunami.
Sin embargo, hay quienes consideran que la ayuda humanitaria internacional ha sido prestada en función de otros intereses y en detrimento de las poblaciones más necesitadas; Aunque el tsunami, que devastó el sur de Asia y puso fin al conflicto entre la región de Aceh e Indonesia ayudó, el conflicto está lejos de resolverse, ya el gobierno de Yakarta se benefició de la debilidad que causó a los separatistas la catástrofe natural y los intereses económicos de la empresa Exxon y de Estados Unidos en la región; Maximiliano Sbarbi afirma, que a pesar de que no existen actualmente conflictos étnicos, el llamado conflicto étnico es una forma de simplificar una lucha política y económica, relacionada generalmente con intereses de grandes empresas[6].
Algunas de las variables que permitieron el éxito del proceso de paz entre Aceh e Indonesia han sido:
Líderes comprometidos con la paz: entre los que se destaca presidente del gobierno de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono y el líder opositor Irwandi Yusuf.
Importancia del periodo de «Reforma»: la llegada de la democracia a Indonesia dio paso al inicio de nuevas políticas y un proceso de descentralización política que inició en el año 1999 y se profundizó en el 2004, contribuyendo a asentar una de las bases de la paz en Aceh.
Ruptura del Timor Oriental: Timor Oriental empujó a la élite política de Indonesia a presentar otras alternativas políticas para los diversos problemas que amenazaban la unidad de Indonesia como Aceh, Molucas, Papúa o quizás y en una medida mucho menor, el caso de la isla hindú de Bali. Posiblemente sin la escisión de Timor, la paz en Aceh no hubiera llegado.
El apoyo de Europa y ASEAN: la misión de verificación que desarrolló la Unión Europea fue clave en la fase crítica del proceso de paz, logró mantener la correcta equidistancia entre ambas partes y después de la firma del Memorándum of Understanding entre el GAM y el Gol se convirtió en un muro ante posibles rebrotes de la lucha armada entre ambos oponentes.
El triunfo de la política: tras 30 años en busca de la paz por la vía militar se logra un cambio en la estrategia por parte del Gobierno de Indonesia y El GAM; llega un gobierno con otras ideas que empujaron a una vía política a la resolución del conflicto de Aceh.
El rol de Crisis Management Initiative: luego del fracaso del primer proceso de paz y la situación política en Indonesia y sobre todo en Aceh, fue conveniente desarrollar las conversaciones de paz en
territorio extranjero para poder gestionarlas con tranquilidad y sobre todo lejos de presiones.
Pérdida de influencia del ejército: las diversas operaciones militares en Aceh solo produjeron muerte, destrucción y resentimiento, pero con la llegada de la democracia a Indonesia las fuerzas militares pierden su poder, sobre todo su definitivo control por parte de Susilo Bambang Yudhoyono que constituyó la eliminación de uno de los principales obstáculos a la opción negociadora.
La destrucción causada por el Tsunami: la llegada del Tsunami el 26 de diciembre de 2005 produjo tres efectos extremadamente positivos para el futuro del conflicto; primero, hizo que la sociedad de Aceh enfrascada en 30 años de conflicto armado presionara tanto al gobierno central como al Gerakan Aceh Merdeka para una paz negociada; segundo, las dificultades de mantener la lucha armada por la presencia de multitud de ONG's internacionales y medios de comunicación mundiales así como por los niveles de destrucción acontecidos, frenó la violencia y por último, un estrangulamiento en las finanzas del Gerakan Aceh Merdeka y en los propios recursos del ejército indonesio les obligaron a cambiar de estrategia y a rebajar sus pretensiones[30].
A diferencia de otros países africanos que han vivido un conflicto armado provocado por la rivalidad étnica, en Sierra Leona la principal causa son los diamantes; esta guerra que inició en 1991, finaliza con el acuerdo de Abuja I en noviembre de 2000 y Abuja II en mayo de 2001; tuvo como detonante principal la intervención de Joseph Momoh el entonces presidente de Sierra Leona, en la guerra civil que se estaba librando en Liberia[50].
Con aceptación de la presencia de tropas sierra-leonesas en el contingente de interposición establecido por el Grupo de Supervisión ECOMOG de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (EC0WAS-CEDEA0) establecido para contribuir a la pacificación de la guerra que vivía Liberia, impiden que las fuerzas rebeldes dirigidas por Charles Taylor (NPFL), líder del principal grupo guerrillero liberiano, lograran su victoria en Monrovia, lo que produjo que este grupo emprendiera una fuerte ofensiva contra todos aquellos implicados en dicho contingente, y decide trasladar la guerra a Sierra Leona con el objetivo de obligar a Momoh, a que retirase sus efectivos de ECOMOG. Para esto, Taylor convenció a Foday Sankoh compañero de ruta y de exilio, a que formase el movimiento de lucha armada, conocido como el Frente Revolucionario Unido (RUF) a principios de 1991, dando comienzo a una guerra que duró diez años.
El Frente Unido Revolucionario (RUF), es un grupo armado de oposición que controlaba las áreas productoras de diamantes de Sierra Leona y ha usado el tráfico de diamantes para adquirir armas que han contribuido a los abusos contra los derechos humanos en la región; El RUF ha sido responsable del homicidio, tortura y secuestro de miles de civiles todo a lo largo del conflicto[50].
La lucha contra los recursos diamantíferos de Sierra Leona provocó tal derramamiento de sangre pues se convirtieron en la principal fuente de ingresos para financiar la guerra; según los expertos mundiales en diamantes, creen que los diamantes de Sierra Leona son las piedras preciosas más valiosas en el mercado mundial de diamantes, a diferencia de los diamantes de Liberia los cuales son clasificados como diamantes industriales, piedras imperfectas que no tienen el mismo valor. El RUF utilizó diamantes para comprar municiones, armas, medicinas y alimentos, la posesión de armas y municiones por grupos rebeldes les dio poder para controlar vastos territorios del país, esclavizar a civiles y explotarlos en las minas de diamantes. El deseo de expandir las "áreas controladas" en partes del país maduras para la explotación económica, gradualmente se convirtió en el principal factor motivador para todos los grupos armados y muchos comandantes locales, lo que provocó un mayor conflicto [51].
A lo largo de estos años, Sierra Leona ha tenido varios acuerdos fallidos seguidos de más actos de violencia, golpes de estado, vulneración a los derechos humanos, exclusión social y mala administración de sus recursos económicos; esto a la vez, desencadena el masivo desplazamiento de civiles, ataques a la población representados en terribles atrocidades como amputaciones, asesinatos, violaciones, secuestro de niños y niñas para ser utilizados como soldados o esclavas sexuales; todos estos motivados por el mercado negro de los llamados “diamantes de sangre” como fuente de recursos inagotable para el financiamiento de los grupos rebeldes más sangrientos y brutales[50].
Gracias a la intervención de organismos internacionales como las Naciones Unidas, la asociación Internacional de Fomento (AIF), el Fondo del Banco mundial, quienes han entregado a la población beneficios concretos, han ayudado a que después de 11 años de conflicto civil, Sierra Leona inicie su periodo de recuperación retornando a la democracia, recobrando la economía y la educación aspectos que han permitido que este país logre consolidar la paz.
El incremento del PIB, la reanudación de las actividades del Banco, el apoyo para el retorno de las personas desplazadas y ex combatientes a sus comunidades, la creación de reformas políticas y condiciones básicas de seguridad, la rehabilitación de escuelas comunitarias y dispensarios de salud, son apenas algunos aspectos logrados tras la firma de los acuerdos de paz y el apoyo de organismos internaciones en los últimos años.
Bajo el análisis de las experiencias vividas durante el conflicto y posconflicto por países como Guatemala se consideran cuatro conceptos cruciales para el posconflicto que son: la reconstrucción, rehabilitación, asistencia humanitaria y construcción de la paz, al mismo tiempo se debe evaluar la situación de los miembros combatientes de las fuerzas militares que dejan de participar de los enfrentamientos armados[31] .
Por otra parte, se indican tres dilemas a los que se deben enfrentar las sociedades en etapa de posconflicto: el primero, la construcción de una nueva fase de vida política sobre la reclamación de justicia: segundo, la necesidad de llevar adelante una política de exhumación de víctimas de la guerra y el tercero, tiene que ver con los discursos con los que las sociedades post bélicas explican y dan sentido a la violencia sufrida[33].
Ospina Castro (2012), (realizó un trabajo investigativo para obtener su requisito de especialista de la Universidad Militar Nueva Granada, titulado "Roles de la Policía Nacional de Colombia en el posconflicto" [39], donde planteó en la pregunta problema ¿Qué roles y cambios pueden darse en la Policía Nacional de Colombia en un escenario hipotético de firma de acuerdos de paz del gobierno con las FARC?, arrojando como resultados, que ante la firma de un acuerdo de paz con las FARC es posible el desmonte de Unidades del Ejército Nacional, que la Policía Nacional incorpore personal excombatiente de los grupos al margen de la ley, lo cual podría generar un impacto fuerte en la institución. Así mismo, la investigación concluye que la Policía Nacional ante las nuevas condiciones requerirá la redefinición de roles y el restablecimiento de ciertas especialidades internas de la Institución. Se deberá controlary mantener la soberanía colombiana: de igual manera que la Fiscalía General de la Nación necesitará mayor personal de la Policía Judicial. También se hará necesario implementar programas de capacitación para la aplicación de nuevos conocimientos y deberá adaptarse a los cambios para afrontar los riesgos delictivos y violentos que se puedan presentar.
Melamed (2014), en su trabajo de investigación "Del conflicto al posconflicto en el contexto colombiano"^]; presenta como objetivo principal un recuento de los principales antecedentes históricos frente a esta materia y resalta los mayores desafíos que aún existen frente a iniciativas de concertación pacífica, encaminadas a la consecución de un escenario real de posconflic
to en el contexto Colombiano. Sus conclusiones indican que a pesar de las negociaciones de paz orientadas a crear un espacio entre las FARC y el gobierno colombiano es muy complicado visto desde la perspectiva de la democratización, tomando como ejemplo casos similares como los de El Salvador y Guatemala. La segunda conclusión indica que Colombia no ha logrado concretar un escenario adecuado de posconflicto para lograr la paz, puesto que los hechos de violencia y dolor, continúan presentándose. De lograr un acuerdo de paz, el país deberá enfrentar los posibles desafíos para vivir en sociedad.
Montes (2009), Revista Criminalidad Volumen 51, Número 1, junio 2009, pp. 163-177. Bogotá, D.C., Colombia, realizó un artículo denominado "Posconflicto en Colombia: un análisis del homicidio después del proceso de desmovilización de los grupos de autodefensa'!42], que tuvo por objetivo analizar el comportamiento del homicidio en Colombia durante el período 2003-2006, en el que se llevó a cabo el proceso de desmovilización de los grupos de autodefensas, lo que trajo como consecuencia una etapa de posconflicto para el país y hace una reflexión sobre el proceso de desmovilización, como una posible causa que ha contribuido a la disminución de las tasas de homicidio. Presenta como resultados que en ciertas regiones del país las tasas de homicidio se han incrementado por la creación de nuevos grupos armados y la notoria utilización de recursos del presupuesto nacional para las Fuerzas militares y de Policía Nacional. La conclusión se centra en que durante la gobernación del presidente Alvaro Uribe se enfatizaron las negociaciones con las autodefensas y el proceso de desmovilización.
Mora y Ugarriza (2014), realizaron un Cuaderno de Análisis titulado "Una Muestra de Experiencias de Posconflicto: los retos de la construcción de la paz"[22], en donde el objetivo fue analizar las características generales del posconflicto en siete países, sin desconocer las particularidades de cada caso. En este se dieron como conclusiones, algunas consideraciones en donde se expone que el riesgo principal de volver a la guerra está latente durante el posconflicto; de ahí radica la importancia de trabajar en la construcción de la paz, para que no sea posible el regreso a la guerra.
Krause y Jutersonke (2005) elaboran un artículo llamado: “Paz, Seguridad y Desarrollo en Ambientes de Posconflicto”[21]. El objetivo fue presentar un panorama crítico sobre los propósitos de consolidación de la paz en el proceso de posconflicto. Los resultados explican que los procesos de poscon-flicto tienen un enfoque de ingeniería social que está sujeto a tensiones y dilemas similares a los de la formación del estado; existe una falta de conexión entre los actores políticos, profesionales, de desarrollo y de seguridad humana. El artículo concluye que un país debe dirigirse hacia la estabilidad liberal, no debe retroceder ante el fatalismo histórico y emprender medidas sobre las acciones violentas.
Acevedo y Rojas (2016), trabajaron en una investigación titulada “Generalidades del conflicto, los procesos de paz y el posconflicto”[44], con el objetivo de reflexionar acerca de la concepción de un conflicto y sus características, y conocer la importancia de los procesos de paz y el posconflicto. Sus resultados muestran que los acuerdos de paz son una negociación entre las partes y pueden requerir de un tercer actor neutral para la mediación a través de un proceso de paz. Concluye que los acuerdos de paz juegan un papel importante para superar las escaladas de violencia y superación de las diferencias, en pro de la verdad, reparación de víctimas y justicia.
Hamber y Wilson (2002), en su artículo: “Cierre Simbólico a través de la memoria, reparación y venganza de las sociedades en posconflicto”[1], tienen como objetivo principal la recopilación de las experiencias traumáticas vividas a través del trabajo antropológico de campo con los sobrevivientes de la violencia del conflicto. Se basan en el contexto de la Comisión Surafricana de la Verdad y Reconciliación. Sostienen que los discursos sobre reconciliación en las naciones obedecen a necesidades individuales y las Comisiones para la Verdad y los procesos individuales para la sanación se realizan en tiempos diferentes. Los llamados a la reconciliación psicológicamente afectan a los sobrevivientes y la retribución cierra positivamente los ciclos. Concluyen que los procesos para restaurar el pasado no logran reponer los ciclos vividos por las víctimas del conflicto, pero las Comisiones de la Verdad aunque no son el único proceso son útiles en el cierre de ciclos.
Wielandt (2005), elaboran un documento, llamado: “Hacia la construcción de lecciones del posconflicto en América Latina y el Caribe: una mirada a la violencia juvenil en Centroamérica”[28]. El objetivo del documento es establecer los vínculos entre las condiciones que causan los conflictos armados y las que suscitan la violencia en posconflicto. Se relata la insuficiencia en los acuerdos de paz y las resoluciones políticas en el periodo de posconflicto, dando como resultado la formación de bandas juveniles dedicadas al crimen y la violencia. Es necesario analizar el fenómeno de migración que trae consigo más violencia social. El documento concluye que si se logran acciones con los organismos internacionales es muy probable prevenir la formación de grupos violentos juveniles en Centroamérica. A través de la ayuda internacional y la integración regional, se puede lograr un proceso de unión de cada Estado para el fortalecimiento de la sociedad civil. Cabe resaltar la importancia de la generación de empleo para los desplazados, deportados, nuevos habitantes, por fenómenos migratorios, además de evitar el tráfico de mujeres y menores de edad utilizados en la explotación laboral y comercio sexual, mundialmente.
Devia y Colaboradores (2014), realizaron un artículo titulado “Violencia luego de la paz: escenarios de posconflicto en Centroamérica”[36]. El objetivo del documento es mostrar como los casos de El Salvador, Nicaragua y Guatemala finalizaron con el conflicto armado y caracterizar la violencia del posconflicto por los niveles de homicidio, disponibilidad de armas de fuego y la presencia constante de bandas criminales. El artículo muestra que con los procesos de paz realizados en dichos países se finalizó el conflicto armado, pero la violencia se transformó. Se hace evidente la necesidad de la redefinición del estado y su reconstrucción para la reparación de la inclusión social, desigualdad e inclusión social. La violencia después del conflicto, cada vez toma más fuerza en Colombia, lo que genera nuevos retos para los gobiernos y no deben limitarse a la participación de la Fuerza Pública.
Márquez (2013), publicó un artículo titulado "El papel de la educación en situaciones de posconflicto: estrategias y recomendaciones"[45]. Su objetivo fue analizar las experiencias de posconflicto en: Bosnia y Herzegovina, El Salvador y Sierra Leona, con el fin de extraer algunas enseñanzas útiles para Colombia. Las recomendaciones y conclusiones fueron: la necesidad de la participación de organismos internacionales para las treguas y logro de la paz duradera. Las estrategias empleadas por estos países se dan a corto plazo: lograr estabilidad política y económica; a largo plazo: estrategia a nivel de salud pública y educativa.
Siempre que se habla de un acuerdo de paz, lo que se busca es esencialmente dejar atrás la confrontación armada y construir un escenario más justo para más personas. Sin embargo a pesar de la plneación, y el compromiso que se adquiere, quedan inquietudes sobre la sinceridad, las capacidades y la legitimidad de las partes; así como la oportunidad, los tiempos, los actores y los alcances del proceso, que hacen que estos acuerdos de paz tengan un rumbo incierto [27].
Irlanda del Norte es un país referente en materia de paz para Colombia, puesto que católicos y protestantes han formado espacios de convivencia, que sirven de ejemplo, y aunque Colombia es un país que goza de cierta homogeneidad puesto que su mayoría de habitantes son católicos, conservadores y mestizos a diferencia de Irlanda del Norte en donde el enfrentamiento tuvo lugar por causas étnicas, pero han sabido lograr una transformación positiva para la sociedad, durante su largo proceso de paz. El conflicto de Irlanda del Norte, se extendió a la República de Irlanda y el Reino Unido, en una guerra no declarada y las pérdidas humanas fueron grandes tanto de civiles como de las Fuerzas Armadas Británicas. Esto también lo hace similar al conflicto colombiano, el cual se ha extendido a lo largo y ancho del país y entre sus víctimas se encuentran militares y civiles, que entristecen a la nación. En la necesidad de reparar a sus víctimas Irlanda del Norte conformó las Comisiones de la Verdad y aunque en la actualidad existen inconformidades por la falta veracidad en los procesos de esclarecimiento de actos violentos, están trabajando porque cada uno de los hechos sea resuelto. Colombia en la actualidad creó la Comisión de la Verdad y La Unidad de Búsqueda de personas desaparecidas en el conflicto armado, pertenecientes al Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, para responder a las violaciones de los derechos humanos durante el conflicto y debe seguir el ejemplo de Irlanda de Norte, de mantener este organismo hasta esclarecer cada uno de los hechos que se encuentran sin resolver.
El Salvador, país centroamericano, tuvo que lidiar por más de veinte años con una guerra civil a causa de la desigualdad social y la depresión económica por los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas del Salvador (FAES) y las fuerzas insurgentes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) además de grupos paramilitares de extrema derecha conocidos como escuadrones de la muerte. Logran firmar el acuerdo de paz para el año de 1992 en colaboración con la ONU, como mediador del conflicto y consiguieron los diálogos con el objetivo de dar punto final a la guerra; similitudes se encuentran con el pueblo colombiano que también presenta una guerra asimétrica que cuenta como sus principales protagonistas al Estado, las Fuerzas Armadas de Colombia, grupos de extrema izquierda tales como Ejército de Liberación Nacional (ELN), Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento 19 de Abril (M-19), Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y grupos paramilitares. Se observan ambos países pertenecientes al continente americano marcados por la desigualdad social, la violencia, el narcotráfico, el terrorismo, los conflictos militares, la formación de guerrillas, grupos paramilitares y delincuenciales. Por lo tanto, Colombia tiene grandes razones para apoyarse en el conflicto salvadoreño que se democratizó, gracias a la intervención de organismos internacionales, generaron cambios constitucionales a favor de la ciudadanía y crearon nuevas instituciones como la Policía Nacional del Salvador, para asegurar el adecuado funcionamiento de los sectores político, económico y social de dicho país, pese a que el conflicto ha dejado secuelas de resentimiento y persistencia de grupos al margen de la ley. Colombia al igual que el pueblo salvadoreño debe continuar permitiendo la intervención de Organismos Internacionales tales como la ONU, para que los acuerdos de paz se mantengan, realizar mejoras a nivel de las Fuerzas Armadas para garantizar la tranquilidad, el orden y la seguridad de la nación.
Guatemala país perteneciente al continente americano como Colombia, ha sido protagonista de una larga guerra marcada por la violencia política vivida en sus gobiernos caracterizados por las dictaduras, que han traído como consecuencia golpes de Estado y en la población civil la pobreza, el analfabetismo, la guerra de etnias y violación a los derechos humanos especialmente de los pueblos indígenas. El conflicto de dicho país llega a su fin en el año de 1996 con el acuerdo de paz, realizado por el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemala, dejando a su paso pérdidas humanas de importancia, desaparecidos en gran escala, fenómenos de desplazamiento y aumento de los niveles de pobreza, porque no ha logrado un desarrollo económico sostenible. Se observa que Colombia ha sufrido estas mismas situaciones por causa del conflicto, pero cabe resaltar, el fortalecimiento de la sociedad civil, principalmente la población indígena guatemalteca; lo cual es un ejemplo para Colombia que también cuenta con población indígena en todo el territorio nacional y ha sido víctima de la guerra. Guatemala fortaleció las funciones del ejército, realizó reformas constitucionales y entregó tierras a su población vulnerable.
Nicaragua enfrentó un proceso marcado por las dictaduras en su gobierno a lo largo de los años, que lo llevaron a vivir fenómenos de desigualdad social, violación a los derechos humanos de civiles y corrupción, todo esto trajo como consecuencia la formación de grupos revolucionarios como el llamado Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), grupo de inclinación marxista y con los años la formación del grupo autodenominado Resistencia Nicaragüense o Contra (Contrarrevolución) que tuvo el apoyo de los Estados Unidos y se vio marcado por escándalos relacionados con el tráfico de armas y violación a los derechos humanos. Gracias a los acuerdos y firma de paz se llega al fin del conflicto. Tanto Colombia como Nicaragua tienen problemáticas tales como el desplazamiento civil, el cual Nicaragua ha superado con la entrega de tierras para la reintegración social de excombatientes y víctimas del conflicto, Colombia debe seguir asumiendo este mismo rol para el avance de la sociedad y la generación de cambios para la población más vulnerable. Tras fuertes guerras Nicaragua ha logrado la transformación militar para dar paso a gobiernos democráticos que tienen como objetivos mantener la paz y la seguridad del país. Nicaragua, es un ejemplo clave a seguir para Colombia con planes estratégicos con el objetivo del fortalecimiento y obligaciones de las Fuerzas Armadas.
El caso de Indonesia, para la región de Aceh, está marcado por los conflictos étnicos y represiones sociales, que llevaron a la conformación del grupo GAM o también conocido como el Frente de Liberación Nacional de Aceh Sumatra, movimiento separatista, que dejó sus actividades con el acuerdo de paz en el año 2005. La mayor razón para llegar a la paz fue el devastador tsunami, llama la atención como un desastre natural de grandes magnitudes hace llegar a la solución de un conflicto, el cese al fuego y la necesidad de paz para la población. Aceh es una región que sirve de base para Colombia y en general para el mundo entero, puesto que la desgracia de su pueblo hizo que llegara a puntos clave para su reorganización, no se necesita que se presente un desastre natural de grandes magnitudes para que se tome conciencia de que se requiere un cambio drástico que genere un ambiente de tolerancia y respeto en las naciones. En Colombia se debe hacer al igual que lo hizo Aceh, un manejo adecuado de los recursos, con reestructuraciones de organismos nacionales y empresas, continuar con procesos de entrega de tierras a excombatientes y el perdón para todas las partes implicadas en el conflicto.
Se hace necesario observar el panorama mundial, pues a lo largo de la historia todos los continentes han estado marcados por los conflictos que llevaron a la formación de guerras, que han dejado un número de víctimas humanas considerables. Como es el caso de Sierra Leona, país ubicado en África Occidente, nación marcada por la pobreza, el secuestro, la torturas, las violaciones, los homicidios, daños a la infancia y la explotación sexual, fenómenos conocidos y vividos por el pueblo colombiano. El conflicto en Sierra Leona inicia con la rebelión organizada por el Frente Revolucionario Unido (RUF) y el Frente Patriótico Nacional de Liberia (NPFL), guerra desarrollada alrededor de la explotación de diamantes y adquisición de armamento, haciendo un comparativo con Colombia que el conflicto ha estado marcado por el negocio de las drogas ilícitas y la adquisición de armamento por parte de las organizaciones al margen de la ley. El país africano da fin a la guerra con el apoyo de organismos internacionales, resurge de las cenizas y logra una recuperación de la economía y en la actualidad trata de no decaer, además del fomento a la educación y la salud. Colombia dentro de sus planes al igual que Sierra Leona, tiene estos dos ítems como pieza clave para el avance de la sociedad y la necesidad de reformas políticas. En todo país que ha pasado por situaciones de conflicto y posconflicto existe el temor de caer nuevamente en la guerra por tal motivo el apoyo de los organismos internacionales, nacionales y las Fuerzas Armadas, es necesario para el avance de la sociedad.
Como resultado de esta reflexión, es posible concluir que los procesos de conflicto y posconflicto no son situaciones nuevas para Colombia ni el mundo entero, se observa que se han llegado a acuerdos, diálogos y firmas de procesos de paz, por parte de los gobiernos estudiados de Irlanda del Norte, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Indonesia, Sierra Leona y Colombia con los grupos al margen de la ley de las diferentes naciones, gracias al apoyo y mediación de los organismos internacionales o por situaciones que los han obligado a llegar al cese al fuego, al desarme, a la desmovilización y hacer que excombatientes se reintegren a la vida civil. Por lo tanto se instauran nuevas estrategias, programas y proyectos para las víctimas y excombatientes del conflicto, ejemplo de ello son las Comisiones de la Verdad y Reparación, reformas constitucionales, políticas, económicas y sociales, reconocimiento de víctimas, para resarcir a los más vulnerables. Aunque los procesos de paz y su situación de posconflicto son únicos y diferentes para cada nación, es importante que a la hora de iniciar acciones reconciliadoras no existan otros intereses por encima de la necesidad de encontrar la paz y luchar por mantenerla, buscando alternativas que lleven a mejorar las condiciones de un país.
Por otro lado, al comparar los análisis realizados a países latinoamericanos como: El Salvador, Guatemala y Nicaragua con el caso colombiano, se observa que todos dejan enseñanzas para Colombia puesto que comparten similitudes geográficas, de idioma e ideologías y han sufrido los estragos de la guerra, que ha dejado a su paso pobreza, delincuencia y la persistencia de grupos insurgentes: que los han obligado a tomar medidas para mejorar la disponibilidad económica, aumentar la seguridad, mejorar en los campos de la salud y la educación, para proporcionar a la comunidad confianza y respaldo en sus gobiernos. Cabe resaltar que el proceso de paz de Nicaragua, incluyendo su posconflicto; reafirman la probada tendencia de que la firma de un acuerdo no implica la conclusión de la guerra, sino el punto de partida para reacomodar la institucionalidad de un país, y empezar la reconstrucción material y moral de todas las secuelas originadas en el conflicto armado.
Después de haber estudiado los conflictos tanto de países latinoamericanos como de otros países, como es el caso de Irlanda del Norte, Indonesia y Sierra Leona, se puede observar que las causas para el desarrollo de los conflictos son la debilidad de los Estados, la posesión indebida de tierras y recursos naturales, las diferencias sociales y económicas, las persecuciones políticas y las violaciones a los derechos humanos de la población civil. Se puede concluir que no basta con firmar un documento de paz, sino que es necesario implementar acciones y hacer cumplir la palabra empeñada, si de verdad se quieren prevenir nuevos brotes de violencia y enfatizar que no se deben abandonar los acuerdos; la planeación que se diseñe, se debe ejecutar hasta cumplir con lo pactado, porque al menor descuido pueden resultar otros problemas con consecuencias aún mayores a las que deja el conflicto armado. Un ejemplo de ello es el caso de Indonesia, que tras la realización de acuerdos de paz se fracasaba y se reactivaba el conflicto o el caso de El Salvador, que vivió golpes de estado que no resolvían el conflicto.
El fin de la guerra no quiere decir el fin a todos los problemas de una región. Esto lo que representa, es la oportunidad para construir un país mejor, que puede lograrse mediante la institucionalización, reapertura del comercio, reconstrucción de la infraestructura, la educación y la seguridad nacional. Todos estos factores necesitan de recursos económicos y el esfuerzo del Estado, los organismos internacionales, las instituciones nacionales, las empresas, las fuerzas armadas y la población civil.
Los acuerdos de paz pueden ser vistos como las oportunidades para que las naciones orienten la ayuda a excombatientes y víctimas de conflicto, principalmente la infancia y las mujeres cabeza de hogar, que en ningún momento deben quedar desprotegidos y les urge que se reconozca su condición humana y sus expectativas.
El desafío esencial para una sociedad en posconflicto son las comunicaciones y la tecnología, que se logre llegar a cada individuo con la información pertinente de la situación del país, y que cada persona asuma su papel en creación y formación de paz, entendiendo que su logro se da con cada uno de los miembros de la sociedad, y que el ser indiferentes es el primer paso para su fracaso y el de la sociedad. Cada movimiento, pensamiento y acto realizado por cualquier persona puede contribuir a ratificar el compromiso con la paz de la nación y de la construcción de un país en el cual todos puedan y quieran vivir.
Debido al conflicto y posconflicto que se ha vivido a nivel global desde la Segunda Guerra Mundial, han quedado aprendizajes y lecciones de vida, como consecuencia de los éxitos y las derrotas experimentados durante estos procesos. Desde ellos, es posible hacer una serie de recomendaciones para el caso colombiano:
Todo conflicto, tiene que resolverse mediante acuerdos y diálogos que lleven a la consecución de la firma de paz y se deben tomar como oportunidades para solucionar las situaciones que se van a presentar durante el posconflicto, pues toda guerra es como una enfermedad que deja secuelas y cicatrices que si no tienen el adecuado tratamiento pueden volver a surgir. Las secuelas en este caso son los fenómenos de pobreza, delincuencia, corrupción, desigualdad y atraso económico y social, por lo tanto Colombia debe seguir el ejemplo de países como el Salvador, Nicaragua y Sierra Leona que se apoyaron fuertemente en organismos internacionales como la ONU para la mediación de los conflictos y retornar a la democracia, con el apoyo de reformas políticas y constitucionales.
Cuando un país firma la paz, genera grandes esperanzas; se piensa que es el fin del conflicto y que trae consigo el regreso de la justicia y la reparación para las víctimas. Pero no es tan fácil como se pretende; ejemplo de ello es el caso de Irlanda del Norte, que ha entregado sus mayores esfuerzos por esclarecer los hechos generando las Comisiones de la Verdad y aunque parte de la población continua inconforme, siguen trabajando para que las víctimas del conflicto puedan ser reparadas económica y socialmente. Colombia debe trabajar porque se generen espacios de perdón, reconciliación y esclarecimiento de los hechos violentos durante el conflicto, puesto que ya cuenta con su propia Comisión de la Verdad
En lo que respecta a la población civil, estos deben entender que los procesos de posconflicto suceden durante largos años, que requiere de grandes reformas del Estado y cambios de comportamiento en los individuos. Casos como el de Irlanda del Norte en donde el conflicto surgió por las diferencias entre católicos y protestantes, o el caso de Guatemala con grandes abusos hacia la población indígena, demuestran que lograron limar sus diferencias y obtener espacios de convivencia donde se respeten las diferencias. Colombia es un país que tiene grupos indígenas que también han sido víctimas de la violencia del conflicto y también necesita generar más espacios de buenas costumbres y convivencia para la recuperación y honra de las tradiciones ancestrales del pueblo indígena colombiano.
Los déficits en los sistemas educativos y de salud son consecuencia de la guerra, que concentra todos sus esfuerzos en las armas y estrategias militares, dejando a un lado estos aspectos que salen a flote durante el posconflicto, por lo tanto es necesario observar el caso de Sierra Leona, país africano, que descuidó los aspectos más importantes de una sociedad, que utilizó a sus niños
en la guerra y fueron víctimas de la explotación sexual, este fenómeno se observa en Colombia donde los grupos al margen de la ley reclutan menores para formarlos como soldados o explotarlos sexualmente. Por esto se deben enfocar en planes y estrategias para el fomento de la salud física y mental y en la educación como lo hizo Sierra Leona, que trabaja cada día por la recuperación de esta parte de su población.
Otro aspecto importante es que la paz no es solo para los ex combatientes y víctimas del conflicto, sino que es una paz para todos los colombianos. Por lo tanto es necesario el compromiso de todas las entidades y empresas en la generación de empleos y oportunidades, como lo hicieron otros países de los diferentes continentes, que tras años de gobiernos basados en dictaduras como es el caso de Guatemala y Nicaragua, tuvieron que replantear sus gobiernos, para salir a flote de la situación y generar igualdad y democracia para sus Naciones.
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