La globalización hoy ¿una tendencia innovadora o un escenario de crisis?
Globalization today: an innovative movement or a crisis situation?
rev.ciencias.poder.aereo.8.97-101, 2013
Recibido:24/01/2013
Aprobado evaluador interno: 14/05/2013
Aprobado evaluador externo: 09/08/2013
José Mauricio Mancera Castaño3
Resumen
Durante los últimos veinte años han tenido lugar en el mundo un conjunto de cambios responsables de la transformación, cada vez más activa de la sociedad global. De esta manera, se ha reconfigurado el poder, a nivel nacional, regional y transnacional, así como de las instituciones y demás actores internacionales. Estos acontecimientos, genéricamente se agrupan en lo que se ha dado a llamar “globalización”, dinamizados de manera significativa por los crecientes desarrollos en el campo de la ciencia y la tecnología con impactos en lo económico, social, político y cultural. El presente artículo busca identificar los aspectos por los cuales la globalización, como proceso de transformación, ha sido enmarcada como una tendencia innovadora que permite dinamizar la relación entre los actores, partiendo desde el análisis del Estado, actor por excelencia, ente que busca optimizar sus beneficios, salvaguardar su soberanía y tener una participación activa en el sistema internacional. Por otro lado, se identifican los elementos que hacen parte del proceso de globalización, mostrándolo como un escenario en crisis. En este sentido, para el desarrollo del presente artículo se aborda el análisis de la globalización desde diversas perspectivas: los resultados globalizadores en el campo político, asociados al Estado, la ciencia, la tecnología y finalmente la economía.
Palabras clave: Estado, globalización, globalización económica y tecnológica, interdependencia
Abstract
Over the last 20 years the world has witnessed a set of changes responsible for the ever-increasing transformation of society on a global level. The process involves a reconfiguration of power at the national, regional, and transnational levels and includes institutions and other international actors. These events have been generically grouped together under the term globalization. They have been significantly invigorated by developments in the fields of science and technology with consequences for the economic, social, political, and cultural spheres. This article seeks to identify the aspects through which globalization, as a transformative process, has been framed as an innovative movement which allows for more energetic relations between actors. It takes as a point of departure the state, an actor par excellence, as an entity which seeks to optimize its benefits, preserve its sovereignty, and actively participate in the international system. In contrast, the article identifies elements which make up the process of globalization and depict it as a crisis scenario. In this sense, the article develops an analysis of globalization from various perspectives, with the inclusion of globalizing outcomes for members of the state and the spheres of science, technology, and economics.
Key Words: Economic and Technological Globalization, Globalization, Interdependence, State.
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1 Este artículo investigativo se aborda de una marea analítica e interpretativa, producto de las reflexiones y debates académicos generados en los estudios de Maestría.
2 This investigative article addresses a surge of analysis and interpretation, product of the academic reflections and debates generated as part of the Master´s program.
3 Coronel Fuerza Aérea Colombiana. Director del Instituto Militar Aeronáutico. Magíster en Est<sup>udios de Seguridad y Defensa de las Américas, Academia Nacional de Estudios
Políticos y Estratégicos de Chile. Correoelectrónico: mauromancera@hotmail.com Colonel, Air Force of Colombia. Director, Aeronautical Military Institute. Master´s in Security
and Defense of the Americas, National Academy of Political and Strategic Studies of Chile.E-mail: mauromancera@hotmail.com.
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1. Introducción
La Globalización es un fenómeno que ha ocupado y ocupa a muchos estudiosos de diversas ramas, está en pleno auge la discusión sobre sus efectos, su rumbo e incluso su definición. Lo cierto es que ha tocado todas las esferas del mundo donde se mueve el hombre de hoy. Comprender qué es un proceso de transformación que genera un nuevo reto y hacia a dónde lleva a la humanidad, es una responsabilidad, que sin duda, debe ser abordada desde la política, como baluarte del control de las relaciones del hombre. Los análisis hechos sobre el tema por parte de los autores contemporáneos, están hechos a la luz de diversos puntos de vista, unos muy críticos y desconfiados, otros más optimistas, que permiten analizar la globalización como tendencia innovadora o por el contrario como un escenario de crisis.
2. La política y el Estado frente al proceso de la globalización
A nivel de los Estados, en los aspectos macroeconómicos ocurren elocuentes cambios, debidos a que la competencia regional e interna-cional exige dar respuesta a necesidades específicas; a nivel cultural han sucedido alteraciones en las propias identidades locales, primordialmente a la dimensión que ha adquirido la tecnología y los medios de comunicación, elementos que contribuyen a la creación del proceso globalizador.
De acuerdo con lo anterior, el Estado, actor principal de las decisiones de un país, es un ente que está perdiendo terreno ante la arrolladora cadencia de mutaciones, puesta en marcha especialmente desde la economía, las comunicaciones y la tecnología, mediante la globalización (Saavedra, 2001). La política ha sido rebasada por el efecto globalizador, comprometiendo y perturbando significativamente al Estado y sus elementos constitutivos como la soberanía, el territorio y la población. Sin embargo, la política podría de alguna manera mediar, desarrollando su mejor papel social, para gestionar estos veloces y desconcertantes cambios, de una forma más racional, comprensible y asimilable para el hombre. (Saavedra, 2001, p. 33). La globalización es un proceso al parecer inevitable y sus influencias imparables, sólo posible de contrarrestar sus efectos, bajo la acción más dinámica de la misma política, lo cual está en manos del hombre, si la utiliza como decisor crucial en la distribución y administración del poder.
La política ha sufrido tropiezos y disminuciones al no poder articular y dar sentido a un ritmo de cambio acelerado que le ha hecho perder significado y la ha desplazado. Pareciera que ha perdido vigencia frente a lo económico y lo tecnológico. Estos últimos aspectos, evidentemente han sido más eficientes y presentan a cada momento resultados tangibles para el hombre y la sociedad. De ahí, el auge desbordado en cuanto al uso de la tecnología y la preponderancia puesta a los asuntos económicos, versus la política. En el mismo sentido, la afectación de la soberanía, también ha sido la querella constante de muchos críticos, que ven a la globalización como el gran agresor, ya que este elemento constitutivo del Estado, se ve comprometido por las restricciones y cambios impuestos por la política internacional (Saavedra, 2001, p. 62). “La globalización es considerada como totalización, actúa como una agresión contra las estructuras sociopolíticas de los estados, cuestionando su soberanía y poderío y tanto más si esa globalización está manejada por actores no estatales o por vectores independientes” (Saavedra, 2001, p. 32). Lo anterior, resumiría de muy buena forma, según Saavedra, el argumento de los escépticos de la globalización o apocalípticos, si se mira al fenómeno desde su óptica. Otro elemento formador de Estado que se ve socavado es la población, que tiende cada vez más a quedar sin identidad, ante el efecto globalizador social y cultural (Steger, 2005).
Frente a estas consecuencias arrasadoras sobre la política y el Estado, es la interdependencia, (Keohane y Nye, 1988) la que se posesiona como uno de los símbolos indiscutibles de la globalización. El mundo se torna cada vez más interdependiente y sus actores han tejido y siguen tejiendo relaciones que hacen que todos dependan de todos, de una u otra forma (Steger, 2005). Dicha interdependencia favorece el cese de la soberanía estatal, ya que desaparecen las fronteras del territorio frente a la acción e influencia que debería ejercer el Estado si se acude a su teoría ortodoxa. Vía interdependencia, es que la población ha comenzado a adquirir el concepto de “la aldea global” (Randel, 1999), alterándose las identidades nacionales, por una inevitable mezcla de poblaciones (Gallois, 1992). En suma, se pierden los efectos supremos del Estado, con los cuales este, ejercía soberanía sobre su propio territorio e influencia sobre su población, al generar sentido de pertenencia y promoción de valores democráticos entre sus gentes (Saavedra, 2001, p. 51).
3. La tecnología y el proceso globalizador
El papel que ha desempeñado la tecnología dentro del proceso globalizador es incuestionable. Se considera a la “tecnología como agente de cambio sustancial.”(Saavedra, 2001, p. 77). Así, los estudiosos de la Globalización, plantean diferentes posiciones sobre el papel fundamental de la tecnología en las relaciones sociales y su “determinismo” de varios tipos alrededor de las mismas. Este mismo efecto tecnológico es el que ha propiciado una marcada inmediatez en las comunicaciones, fomentando el auge globalizador, donde los caminos por recorrer para materializar la interdependencia se facilitan, se presenta así, la “abolición de la distancia” (Saavedra, 2001, p. 41). Además, “La consecuencia mayúscula: un observador instalado en cualquier punto del globo puede gozar de una ubicuidad plural y simultanea”(Saavedra, 2001, p. 41). Sin embargo, se puede también ver a la tecnología más como un medio o un elemento facilitador y mediador sobre el proceso globalizador, que verlo como un determinante directo de los procesos históricos.
Pareciera entonces, que la tecnología a la vez que ha desarrollado a las comunicaciones, ha tendido el camino para que muchos de los frutos globalizadores verdaderamente se cosechen (Liang, Qiao, y Wang Xiangsui, 1999); en relación a esto, Emilio Cárdenas (2001) manifiesta: “Esto último ocurre cuando, gracias a la tecnología y a las comunicaciones, las fronteras aparecen cada vez más como inevitablemente porosas.”(2001, p.21). En el mismo sentido, Alvin Toffler se manifestó desde 1979 en su libro “La Tercera Ola”,al afirmar que los sistemas cibernéticos, computadoras, sistemas de comunicación, internet, etc., funcionan como amplificadores de la fuerza mental. Con lo anterior, se reafirma la importancia total dada a la tecnología, pero esta tecnología debe ser vista y concebida desde la ciencia, por lo tanto, se debe entender como ciencia aplicada.
A pesar de la inmediatez en cuanto a las comunicaciones y extensión de las noticias, datos e ideas a través del globo, casi de manera instantánea, consiguiendo eliminar la distancia; queda por resolver, el problema del transporte físico o material, frente al cual la ciencia y la tecnología, no han podido hacer otra cosa diferente a disminuir los tiempos de desplazamiento, al mejorar y optimizar los medios, pero realmente, no han aniquilado los recorridos, como si se ha hecho con un dato que viaja por la red o vía satélite y casi instantáneamente le da la vuelta al mundo, llegando a su destino. Hasta ahora los productos físicos y las personas no se pueden desplazar a estas velocidades (Levinson, 1939, p. 133); cuando lo hagan, el resultado globalizador propulsado por la ciencia y la tecnología, habrá alcanzado su cenit y tal vez exacerbará problemas como el de las migraciones. (OIM, 2010).
4. Una tendencia económica globalizadora
El otro campo importante, que no escapa para nada a los tentáculos de la globalización, es el económico. Aquí las consecuencias, mutaciones y desbalances también han sido impresionantes. Según muchos autores, las consecuencias más reveladoras y notorias de la globalización, se observan más en el campo económico que en cualquier otro. El punto es, que la tendencia económica globalizadora propende hacia la liberalización de los mercados, libre flujo de capitales, bienes y servicios (Contreras, 2011); reducción del aparato estatal, desregularización de la economía, privatizaciones, reducción del gasto social, entre otras medidas llamadas por algunos neoliberales.
Todo lo anterior, sin mencionar la Empresa Globalizada, “agente primario de la globalización” que Samuel J. Palmisano (2006) describe en su escrito: “La Empresa Globalmente Integrada”. A este respecto, es procedente puntualizar sobre el creciente poder de este tipo de corporaciones trasnacionales, además de las poderosas instituciones económicas internacionales (Steger, 2005, p. 49) que según Manfred Stenger y Pierre Gallois (1992, p. 397), entran a desafiar al Estado al escapar a su control. Así mismo, mediante artilugios como el dinero electrónico, las señaladas empresas e instituciones, generan las condiciones propicias para el rápido flujo de capitales y la cuasi evasión al tributo estatal.
Existe una enorme dificultad para el Estado, en el sentido de controlar la tributación, dada la pérdida del concepto de espacio físico y el traslado de las transacciones susceptibles de tributar, al ciberespacio (Saavedra, 2001, p. 55). Con todo este panorama económico planteado, se puede concluir, que sin duda la economía es la que más refleja las propensiones de la globalización, siendo sus consecuencias las que más saltan a la vista dentro del nuevo orden que se sigue consolidando.
Las tendencias económicas de la globalización, casi que están calcadas de lo que se denominó “El Conceso de Washington” (Williamson, 1990) caracterizadas por los puntos descritos en el párrafo anterior. Estas pautas han sido objeto de críticas, de reconocidos economistas como Joseph Stiglitz; él, las llama inconclusas, ya que se deben considerar además, medidas que abarquen una ineludible reglamentación de la economía para evitar contingencias o crisis (Stiglitz, 1996, pp.11-23). Suplementariamente, ha precisado este Nobel de economía, que al Estado le compete: facilitar la educación, fomentar el desarrollo técnico, soportar de alguna manera a quienes se dedican a las finanzas del país, aplicar recursos en inversiones productivas y establecer un sistema sustentable de salvaguardia social (Bustelo, 2003). Todo lo anterior, en gran oposición con el arriba señalado “Consenso”. Aquí entonces es importante consi-derar que trabajos críticos como “El Consenso después de Washington” (Birdsall, y Fukuyama, 2011) atribuyen hecatombes económicas como la última crisis económica global, a la aplicación indiscriminada y casi que irresponsable de políticas de la directriz globalizadora, como las promulgadas por el “Conceso de Washington”, ya anotado.
Conclusiones
Las tendencias y efectos de la globalización, aún no han sido determinados en su totalidad, dada la incontable gama de aspectos, materias y áreas que este fenómeno afecta y continuará afectando; lo cierto es que es una realidad inevitable.
Dentro de lo revisado se abordó desde diversas perspectivas, los resultados globalizadores en el campo político asociado al Estado; el de la ciencia, la tecnología y finalmente el económico. Esto, por considerarlos los más importantes y donde se reflejan las principales corolarios del fenómeno estudiado.
Las inferencias de este artículo, apuntan a resaltar que posiblemente hacia dónde conduce la inercia globalizante, es a implantar un solo modelo en todo el mundo. Esto genera conflicto e incomodidad, en donde los axiomas no corresponden con realidades y/o expectativas nacionales o regionales; contrastando con complacencia y satisfacción, creada en aquellos lugares y escenarios donde el fenómeno se ajusta a patrones existentes o posibilidades visualizadas. No debería por tanto la globalización, tornarse en una imposición sin posibilidades de adaptar el modelo a la realidad de cada país (Ibarra, 2004, p. 16), que en la práctica es el deber ser, aunque intentar esto hoy día es utópico. Debería plantearse más como una opción innovadora para la Seguridad Nacional, en el sentido de explotar sus variantes y alto contenido tecnológico, ligándolas con las herramientas de la seguridad, que también cuentan con altas dosis de tecnología.
Las críticas, por ejemplo, a las exigencias económicas que genera el fenómeno de globalización por razón del libre mercado, (Stiglitz, 1996, p. 23) son marcadas y reclaman de alguna forma la autonomía y adaptación de los modelos antes de imponerlos. Deberían estar adecuados a las realidades de cada Estado (Birdsall y Fukuyama, 2011, p. 90). Está en manos del mismo hombre, mediante el adecuado uso de la política, como catalizador por excelencia de los efectos del poder, el seguir evaluando toda esta serie de propensiones y cambios; escogiendo en últimas, las alternativas más convenientes para la especie humana y llenando la serie de vacíos de toda índole que se están presentando; sin perder de vista uno de los fines últimos del trabajo político honesto y responsable, cual es el de lograr el bien común, la equidad y la justicia social.
Finalmente, no se debe olvidar el papel de la estrategia en este entramado de ideas frente a la globalización, ya que la política fija las metas y la estrategia muestra la manera de alcanzarlas, así que los efectos globalizadores sobre la seguridad de los Estados, deben ser tratados a la luz de todas las consideraciones anteriores, sin perder de vista el postulado de que la globalización involucra tecnología y esta tecnología a su vez representará caos sí no se direcciona oportunamente. Por el contrario generará innovación y éxito sí se descubre la manera acertada de conducirla.
Lo anterior, pensando en la innovación como la aplicación del conocimiento en procura del mejoramiento de las condiciones de vida, de la productividad, de la competitividad, de la efectividad de las políticas públicas y la consolidación de la sociedad (Consejo Nacional de Acreditación, 2011).
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